En los últimos años, Canadá ha experimentado un crecimiento poblacional sin precedentes, impulsado en gran medida por una política de inmigración que ha abierto sus puertas a millones de personas de todo el mundo. En 2023, el país alcanzó un hito histórico al superar los 40,5 millones de habitantes, con un aumento del 3,2% respecto al año anterior, el mayor registrado hasta la fecha. Este fenómeno, conocido como la “trampa de la población”, plantea desafíos significativos para la economía canadiense y aquellos que planean migrar al país.
La inmigración ha sido un pilar fundamental en la conformación de la sociedad multicultural canadiense, contribuyendo al crecimiento económico y al dinamismo del mercado laboral. Sin embargo, el ritmo acelerado de crecimiento poblacional ha superado la capacidad de la economía para expandirse a un ritmo comparable, lo que ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad de este modelo. Según Alexandra Ducharme, economista del Banco Nacional de Canadá (NBC), “es la primera vez en la historia moderna que nuestro stock neto de capital per cápita ha disminuido anualmente”, lo que subraya la gravedad de la situación. Además, la escasez de viviendas se ha agravado, con una demanda que supera con creces la oferta, elevando los precios de compra y alquiler a niveles críticos.
Frente a estos desafíos, el gobierno canadiense ha implementado medidas para moderar la llegada de nuevos residentes y promover una distribución más equitativa de la población a lo largo del territorio. La limitación en la emisión de visados para estudiantes internacionales y la incentivación para que los inmigrantes se establezcan en regiones menos pobladas son pasos en la dirección correcta. No obstante, aún persisten dudas sobre la eficacia de estas políticas para abordar de raíz los problemas asociados a la “trampa de la población” y la escasez de vivienda. La situación de Canadá destaca la importancia de un enfoque equilibrado que armonice el crecimiento poblacional con el desarrollo económico y la infraestructura, asegurando así un futuro próspero tanto para los canadienses como para quienes aspiran a serlo.