En un acontecimiento histórico para Chile y Sudamérica, el país ha inaugurado su primer servicio de tren rápido, marcando un hito significativo en su infraestructura de transporte. Las autoridades chilenas presentaron al público este avance tecnológico con un convoy de cuatro vagones y capacidad para 236 pasajeros. Fabricado en China por CRRC Sifang, este tren dual funciona tanto con combustible líquido como con electricidad, ofreciendo una solución versátil y eficiente para el tránsito en la región.
El tren une la capital Santiago con la ciudad de Curicó, un trayecto que ahora se puede realizar en tan solo dos horas y tres minutos, alcanzando velocidades máximas de 160 km/h. Este servicio no solo promete agilizar el viaje entre estas dos ciudades, sino también fomentar el turismo y la economía local, especialmente en Curicó, conocido por su rica producción agrícola y sus destacadas bodegas de vino. Además, se ha anunciado que los precios de los billetes serán accesibles, variando entre 12 y 24 dólares, lo que augura una alta demanda por parte de los usuarios.
El Ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, resaltó la importancia de este proyecto, no solo para Chile sino para toda Sudamérica, al recibir por primera vez un tren de alta velocidad para servicio comercial. Este logro representa un paso adelante en el ambicioso objetivo de Chile de recuperar y mejorar su red ferroviaria, la cual había sido desmantelada en gran parte durante el régimen de Augusto Pinochet.
La reintroducción de un servicio de tren moderno y eficiente es un claro indicativo del compromiso de Chile con el desarrollo sostenible y la innovación en su sistema de transporte. Este nuevo tren de alta velocidad no solo reduce significativamente el tiempo de viaje entre Santiago y Curicó, sino que también promete expandirse a otras ciudades, como Chillán, mejorando aún más la conectividad y el desarrollo económico en la región.
La inauguración del nuevo servicio de tren rápido en Chile es un hito que no solo mejora la infraestructura de transporte del país, sino que también simboliza un renacimiento de la visión y el progreso en el ámbito ferroviario en Sudamérica. Con este avance, Chile se coloca a la vanguardia en la región, ofreciendo un modelo de transporte rápido, eficiente y sostenible para el futuro.