En un escenario marcado por las decisiones económicas de Estados Unidos, América Latina enfrenta un desafío crucial. La reciente y agresiva subida de las tasas de interés por la Reserva Federal estadounidense, una medida para combatir la inflación más alta en más de cuatro décadas, resuena fuertemente en la región. Esta decisión, que eleva las tasas a un rango entre 1,5% y 1,75%, no solo busca estabilizar la economía estadounidense, sino que también impone consecuencias significativas en las economías latinoamericanas. Como en ocasiones anteriores, como la crisis mexicana de 1994, esta política monetaria de la Reserva Federal podría desencadenar efectos dominó en toda la región, afectando las economías locales de formas variadas y complejas.
La historia nos enseña que cuando la Reserva Federal ajusta sus políticas, América Latina siente el impacto. Expertos como Kirstie Spence de Capital Group y Claudia Calich de M&G Investments analizan el escenario actual, destacando que países como Perú, Guatemala y Paraguay están mejor posicionados gracias a sus niveles moderados de deuda y déficit fiscal. Sin embargo, naciones como El Salvador y Bolivia podrían enfrentar mayores dificultades.
México, por ejemplo, muestra una mejor preparación en comparación con la crisis de 1994. Según Edward Glossop de Abrdn y Patricia Urbano de Edmond de Rothschild AM, la economía mexicana, con su deuda en divisa baja y una situación fiscal equilibrada, parece más robusta y preparada para enfrentar estos retos. Chile, a pesar de los desafíos, se beneficia de su fuerte relación con la industria del cobre y sus lazos con China, según explica Urbano.
En contraste, Colombia aparece como una de las economías más vulnerables, con un alto déficit gemelo y la necesidad de reformas estructurales, según Urbano y Jimena Blanco de Verisk Maplecroft. La reciente victoria electoral de Gustavo Petro añade una capa de incertidumbre, especialmente en el sector extractivo.
Argentina, junto con otros países como Venezuela y Ecuador, se destaca por sus vulnerabilidades financieras severas. La nación sudamericana, lidiando con una de las inflaciones más altas del mundo, enfrenta desafíos políticos y económicos significativos, especialmente en el contexto de un año electoral.
La subida de tasas en Estados Unidos no es solo una política monetaria aislada; es un catalizador que pone a prueba la resiliencia y preparación de las economías de América Latina. Mientras algunos países muestran fortaleza y adaptabilidad, otros se tambalean al borde de la vulnerabilidad. Esta situación no solo desafía las políticas económicas locales, sino que también pone de manifiesto la intrincada interconexión global, donde las decisiones de una superpotencia pueden tener un impacto profundo y duradero en sus vecinos del sur.