En una escalada significativa del conflicto en Gaza, militantes palestinos han llevado a cabo el ataque más mortífero contra las fuerzas israelíes desde el inicio de la guerra. El ataque resultó en la pérdida de 21 soldados israelíes, marcando un giro grave en las hostilidades que han afectado la región.
El ejército israelí, en respuesta rápida a este ataque, ha cercado la ciudad sureña de Khan Younis, la segunda más grande de Gaza. Este movimiento estratégico señala un avance importante en las operaciones militares, aunque plantea preguntas sobre su efectividad para alcanzar los objetivos más amplios de Israel, incluyendo la derrota de Hamas y la liberación de rehenes israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mientras lamentaba la pérdida de los soldados, afirmó su compromiso de continuar la campaña militar hasta lograr lo que él denomina “victoria absoluta”. Esta declaración se produce en un contexto de una nación dividida sobre la viabilidad de vencer a Hamas y asegurar al mismo tiempo la libertad de numerosos cautivos.
En un intento por desescalar la situación, Israel ha propuesto un alto al fuego de dos meses. Los términos de esta propuesta incluyen la liberación de rehenes a cambio de la libertad de palestinos actualmente encarcelados por Israel y la reubicación de líderes principales de Hamas en Gaza a otros países. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada por Hamas, que exige una completa cesación de las operaciones ofensivas israelíes y la retirada de Gaza.
Se están realizando esfuerzos para mediar una solución, con Egipto y Qatar, conocidos por su papel en negociaciones pasadas entre Israel y Hamas, elaborando una propuesta de múltiples etapas. La urgencia de estas conversaciones se subraya por las súplicas de las familias de los rehenes, que piden acción inmediata para asegurar el regreso seguro de sus seres queridos.
Desde el comienzo de la ofensiva israelí, tras una incursión fronteriza de Hamas el 7 de octubre, el conflicto ha llevado a la muerte de más de 1.200 personas y al secuestro de alrededor de 250, con más de 100 liberados durante un breve alto al fuego en noviembre. La ofensiva ha tenido efectos devastadores, desplazando a un estimado del 85% de los 2.3 millones de habitantes de Gaza y dejando a una parte significativa enfrentando la hambruna.
En un contexto regional más amplio, grupos respaldados por Irán en Líbano, Siria, Irak y Yemen han lanzado ataques contra objetivos estadounidenses e israelíes en solidaridad con los palestinos. Paralelamente, EE. UU. y Gran Bretaña han intensificado sus acciones militares contra los rebeldes hutíes de Yemen, que han estado atacando el transporte internacional en el Mar Rojo.
En el terreno en Gaza, continúan los intensos combates, particularmente en Khan Younis. El ejército israelí afirma haber tenido éxito significativo contra los militantes de Hamas en la región, pero enfrenta desafíos para confirmar estas afirmaciones de manera independiente. El conflicto también ha causado graves interrupciones en los servicios médicos y de rescate, con informes de intensos bombardeos alrededor de instalaciones clave como el Hospital Al-Amal en Khan Younis.
La comunidad internacional ha intensificado sus llamados a un alto al fuego, considerando el creciente número de muertos y la grave situación humanitaria. EE. UU., un aliado clave de Israel y proveedor de ayuda militar, se ha unido a estos llamamientos. A pesar de esta presión, el primer ministro Netanyahu se mantiene firme en expandir las operaciones militares, una postura que ha tensionado las relaciones de Israel con Egipto y plantea desafíos significativos para la estabilidad regional.