En un avance significativo hacia la educación sostenible, Argentina ha inaugurado su primera escuela pública completamente sustentable en Mar Chiquita, provincia de Buenos Aires. Este proyecto innovador, una iniciativa de la ONG uruguaya Tagma, marca un hito en la arquitectura sostenible y la educación ambiental en el país.
La Escuela N.12 de Mar Chiquita, situada cerca de la biodiversa Albufera y la reserva mundial de la Biosfera UNESCO, no es solo un centro educativo sino también un modelo de sostenibilidad. Construida con materiales reciclados, esta estructura es un testimonio de cómo el diseño innovador puede contribuir a mantener una temperatura estable sin la necesidad de calefacción o refrigeración artificial. Además, la escuela se abastece de energía solar y aprovecha el agua fluvial, estableciendo un nuevo estándar para las construcciones escolares en Argentina.
El proyecto fue inspirado por el arquitecto norteamericano Michael Reynolds, conocido por sus casas earthship, que son refugios solares hechos de materiales reciclados y diseñados para ser habitables independientemente de las condiciones climáticas externas. En 2012, un grupo de cinco amigos uruguayos quedó fascinado con el trabajo de Reynolds tras ver el documental “Garbage Warrior”, lo que los llevó a fundar Tagma. Esta organización sin fines de lucro se dedica a construir escuelas sustentables con un enfoque arquitectónico similar.
La Escuela N.12 no solo es una institución educativa, sino también un faro de autosuficiencia. Se diseñó para ser pública y autosuficiente, utilizando recursos locales y minimizando el consumo de agua, energía y combustibles fósiles. Este enfoque no solo beneficia al medio ambiente sino que también sirve como un ejemplo educativo vital para los estudiantes, mostrándoles prácticas sostenibles en acción.
El programa “Una Escuela Sustentable” de Tagma tiene como objetivo impulsar un cambio cultural enfocado en la protección del ambiente, el uso racional de los recursos y la sustentabilidad de las relaciones humanas. Este proyecto involucra a diversos sectores, incluyendo el público, el privado, la sociedad civil, el sector académico y la comunidad local, subrayando la importancia de la colaboración multisectorial en la consecución de objetivos sostenibles.
Antes de llegar a Argentina, Tagma había dejado su huella en Uruguay. En 2016, construyeron la primera escuela sustentable de Latinoamérica en Jaureguiberry, Uruguay, un proyecto que fue completado en solo 40 días. Esta escuela incorporó 24 toneladas de materiales reciclados y está completamente desconectada de las redes de servicios, estableciendo un precedente impresionante en la región.
La iniciativa ha recibido reconocimientos a nivel continental, incluyendo el premio Latinoamérica Verde 2017 en la categoría Gestión Urbana y un premio a la Innovación en Impacto Social de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación de Uruguay. Estos premios subrayan la importancia y el impacto del proyecto en la educación y la sostenibilidad.
La escuela en Mar Chiquita atiende a 60 niños y tiene la capacidad de ampliarse hasta 100 estudiantes en su nuevo edificio. Su diseño y operación se rigen por siete principios de sostenibilidad, incluyendo el tratamiento de aguas, el acondicionamiento térmico, las relaciones humanas respetuosas, el uso de energías renovables, la recolección de agua de lluvia y la producción de alimentos orgánicos. Con esta escuela, Argentina no solo ha dado un paso hacia adelante en educación sostenible, sino que también ha establecido un ejemplo inspirador para el resto del mundo.