En un notable movimiento dentro de la gestión de activos gubernamentales, el Gobierno de México ha oficializado la cesión del uso del Hangar Presidencial al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este traspaso, publicado en el Diario Oficial de la Federación, representa un cambio significativo en la administración de los recursos nacionales, destacando una reorientación hacia las actividades militares. El hangar, con una historia de servicio notable y mejoras recientes, inicia así una nueva etapa bajo la administración de la Sedena.
El acuerdo, que se materializó en un documento oficial publicado este martes, detalla que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha otorgado a la Sedena un predio de 127,405.03 metros cuadrados y de construcción de 20,164.39 metros cuadrados. Este espacio, anteriormente dedicado a resguardar y mantener la flotilla de aeronaves presidenciales, incluyendo el famoso Boeing Dreamliner “José María Morelos y Pavón” recientemente vendido a Tayikistán, será ahora utilizado para actividades militares. Es importante mencionar que, aunque la Sedena se beneficiará del uso de este inmueble a partir del 27 de diciembre, no adquiere la propiedad del mismo.
El acuerdo establece claramente las responsabilidades de la Sedena en cuanto a la custodia, vigilancia, conservación y mantenimiento del hangar. Estas obligaciones incluyen la cobertura de los gastos necesarios para su mantenimiento y el aseguramiento contra daños, conforme a lo estipulado en la Ley General de Bienes Nacionales. Este paso refleja una estrategia gubernamental para optimizar el uso de los bienes nacionales, alineándolos con las necesidades actuales y las prioridades del estado.
El traspaso del Hangar Presidencial a la Sedena marca un hito en la política de administración de activos del Gobierno de México. Esta medida no solo realinea recursos hacia el ámbito militar, sino que también refleja un esfuerzo por aprovechar de manera más eficiente la infraestructura existente. La decisión de mantener la propiedad del hangar bajo la administración federal y delegar su uso a la Sedena, subraya un enfoque pragmático y estratégico en la gestión de los recursos nacionales.