En el panorama internacional reciente, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han trascendido su estatus de bloque aspiracional para convertirse en un actor geopolítico significativo. Este grupo, constituido por economías emergentes, ha logrado superar en términos de PIB al G7 en paridad de poder adquisitivo, marcando un hito en el equilibrio económico mundial. La expansión del bloque, con la inclusión de Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a partir del 1 de enero de 2024, subraya su creciente influencia y la reconfiguración del orden global.
El avance de los BRICS se ha manifestado en múltiples frentes. Michael Langham, analista de mercados emergentes de Abrdn, destaca que la expansión del grupo refuerza su rol en el debate geopolítico, especialmente en Oriente Medio. Claudio Piron de Bank of America Merrill Lynch subraya que para 2028, los BRICS representarán un porcentaje significativo de la producción mundial, superando al G7. Este crecimiento es evidente en su producción de petróleo crudo y su impacto en la economía global.
Sin embargo, la incorporación de nuevos miembros y las diferentes visiones de países como India y Brasil sugieren complejidades internas y limitaciones en sus planes de reforma, según Langham. Además, la decisión de Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, de no unirse al bloque refleja divergencias políticas y estratégicas dentro de la región.
Rusia y China, como potencias líderes del bloque, buscan fortalecer su influencia a nivel mundial. Rusia ve el BRICS como un medio para contrarrestar las sanciones occidentales y aumentar su presencia global, mientras que China busca ser la voz líder del Sur Global, según expertos como Padraig Carmody y Creon Butler.
Los BRICS, en su camino hacia un nuevo orden global, enfrentan el desafío de armonizar sus objetivos divergentes y de reformular las prácticas internacionales. Su impacto en la economía mundial y su capacidad para desafiar la hegemonía occidental, especialmente en términos de control de recursos energéticos y redefinición del sistema financiero internacional, serán aspectos cruciales a observar. A medida que avanzan hacia una mayor cooperación y buscan alternativas al dominio del dólar, su influencia seguirá siendo un tema central en las discusiones geopolíticas y económicas mundiales.