En una emocionante secuencia de eventos que promete revolucionar nuestra comprensión del cosmos, Chile se convierte en el epicentro de un avance astronómico sin precedentes. El desierto de Atacama, conocido por sus cielos despejados y su ubicación privilegiada para la observación astronómica, se prepara para albergar el Extremely Large Telescope (ELT), una maravilla tecnológica desarrollada por el Observatorio Europeo Austral (ESO).
Este futuro gigante de la astronomía mundial, cuyo espejo primario se extenderá a un impresionante diámetro de 40 metros, está destinado a superar los límites de la ciencia moderna. Con una estructura compuesta por 800 segmentos individuales de vitrocerámica, el ELT promete una sensibilidad a la luz cien millones de veces mayor que la del ojo humano.
La llegada de los primeros 18 espejos al Cerro Armazones, tras un viaje transatlántico desde Francia que cubrió más de 10 mil kilómetros, marca el comienzo de una nueva era en la exploración del universo. Estos espejos, cuidadosamente transportados y embalados, son el primer paso hacia la realización de un proyecto que lleva más de una década en marcha.
La construcción del ELT, iniciada tras su aprobación en 2012, se lleva a cabo a 3 mil metros sobre el nivel del mar. Este proyecto monumental, que avanza sin contratiempos, está previsto para entrar en una fase crucial entre 2023 y 2025 con la finalización de la cúpula que protegerá el telescopio. La primera prueba, conocida como ‘primera luz’, está programada para 2027, y se espera que el telescopio inicie sus operaciones en 2028.
El ELT no solo representa un hito en la ingeniería y la ciencia, sino que también constituye un salto cualitativo en comparación con los telescopios actuales. Para poner en perspectiva su magnitud, su espejo principal supera con creces el tamaño de los espejos de los telescopios más grandes en uso hoy día, como el Very Large Telescope (VLT) de ESO con 8.2 metros, el Telescopio Canarias en La Palma, España, con 10.4 metros, y el Telescopio Espacial James Webb con 6.5 metros.
Los telescopios actuales ya han permitido descubrimientos significativos como la identificación de agujeros negros extremadamente distantes, las enigmáticas estrellas Kaijú, los objetos JUMBO y complejas regiones de formación estelar en el corazón de la Vía Láctea. Con el ELT, los astrónomos esperan expandir estas investigaciones, ofreciendo vistas sin precedentes de planetas en zonas habitables y sistemas planetarios lejanos, así como la posibilidad de obtener imágenes directas de exoplanetas y realizar estudios detallados de sus atmósferas.
Este gigante de la astronomía no solo promete avanzar en la comprensión de fenómenos astronómicos ya conocidos, sino que también abre la puerta a la posibilidad de responder algunas de las preguntas más profundas de la humanidad sobre nuestro lugar en el universo y la existencia de vida más allá de nuestro sistema solar.
Mientras el mundo científico y los entusiastas de la astronomía observan con expectación, Chile se prepara para ser testigo y protagonista de una era sin precedentes en la exploración espacial y el descubrimiento astronómico.